Un toro en el
museo y un Capote en Roma
Son
dos de las imágenes más destacadas de este 2013 que se acaba. Un
toro disecado de la ganadería del Duque de Veragua expuesto en
el Museo del Prado y una impecable verónica al aire ejecutada
por Román en el Coliseo de Roma.
Para que luego se discuta que si los toros son o no cultura.
Una de los más importantes museos del mundo tiene como una de
las piezas centrales de la exposición Historias Naturales un
semental de principios del siglo XX y disecado por el
taxidermista Luis Benedito, pionero de la dermoplastia -técnica
consistente en la creación de una detallada escultura de yeso
del animal a la que se fijaba la piel del animal desollado y
ahora ya habitual- y uno de los monumentos arquitectónicos clave
en la historia de la civilización sirve de marco y fondo a la
vocación de uno de los más prometedores diestros de la
actualidad.
La tauromaquia es de todas las bellas artes la más ortodoxa,
pues es la que más prepara el alma para contemplación de las
grandes verdades, escribió Miguel de Unamuno y para Lorca el
toreo era la riqueza poética y vital mayor de España,
"increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas,
debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos
han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los
primeros en rechazar. Creo que la de los toros es la fiesta más
culta que hay hoy en el mundo. Es el drama puro, en el cual el
español derrama sus mejores lágrimas y sus mejores bilis. Es el
único sitio donde se va con la seguridad de ver la muerte
rodeada de la más deslumbradora belleza".
Podría llenar folios y folios con citas y pasajes olymp trade platform de grandes
escritores, pensadores, artistas y personajes que han dejado
claro y negro sobre blanco no sólo el indudable contenido
cultural de la fiesta de los toros sino su origen ligado
inevitablemente a la evolución humana.
Son estas que comento dos imágenes que deberían haber aparecido
en todos los medios de comunicación, por su relevancia,
trascendencia y oportunidad, pero que únicamente se han
difundido gracias a las redes sociales.
Las muchas televisiones que emiten hoy en día en España sólo se
acuerdan de los toros cuando hay una desgracia, la prensa
escrita no contempla este espectáculo salvo en las grandes
ferias y, en la radio, Clarín no da abasto para recoger todo lo
que sucede en el apasionante -y dejado de la mano de Dios- mundo
de los toros.
Belén Esteban, por ejemplo, cuenta sus vergüenzas y
desvergüenzas y todo el mundo se hace eco de las sandeces,
majaderías y groserías de una analfabeta vulgar y chocarrera
-que se sirvió de un torero, ojo, para hacerse notar-, y nadie,
en cambio, repara en lo que significa la presencia de un toro en
el Museo del Prado ni en el ejercicio taurino en lo que fue eje
de la vida de la capital del mundo. Y tampoco nadie ha reparado
en las imágenes que muestran a Albert Camus, cuyo centenario se
celebra estos días, toreando de salón... tres momentos que
deberían servir para recordar que los toros existen y van mucho
más allá de lo que que sucede en el ruedo.
Algo que tampoco suele entrar en la mollera de los propios
responsables de la cosa taurina y que tendrían que ser los
primeros en darse cuenta de estas cosas y sacarles provecho. Los
toros son cultura. Sí. Los toros son Patrimonio Cultural,
también. ¿Y qué? si luego no les hacemos ni caso. |